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La demencia es un trastorno que produce la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, es decir, no es una enfermedad en sí, sino más bien un síndrome o un conjunto de síntomas de otras enfermedades que afectan directamente la función cerebral. Existen diferentes tipos de demencia, ya que no todas las enfermedades que producen demencia se manifiestan de la misma forma.
La definición anterior en muchas ocasiones puede tornarse confusa, lo que provoca que exista una creencia errónea general de que las demencias son sinónimo de envejecimiento o que el Alzheimer y demencia sea exactamente lo mismo.
Sin embargo, para entender mejor lo que llamamos como demencia, tomaremos prestada la definición de la Organización Mundial de la Salud que dice así:
“La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria”.
Esto quiere decir que la demencia puede ocurrir por muchos factores, ya que diversos síntomas de ciertas enfermedades del cerebro concuerdan con lo que describe la OMS cómo demencia. La enfermedad más común que produce demencia es la enfermedad de Alzheimer, seguido de la demencia vascular, enfermedades de las cuales hablaremos más adelante.
La demencia es una de las causas más comunes de incapacidad en las personas mayores, ya que una persona que sufre deterioro cognitivo progresivo, poco a poco va perdiendo su independencia incluso en las cosas más comunes como bañarse o realizar tareas del día a día.
Es por ello que la demencia es reconocida por la OMS como una prioridad de salud pública, ya que cada año son más y más personas que comienzan a sufrir algún tipo de demencia, y lamentablemente es muy poca la población que es consciente de esta enfermedad.
Cómo la demencia es un síndrome (un conjunto de síntomas) y no una enfermedad, hablar de los tipos de demencia es lo mismo que hablar de las enfermedades que dentro de sus síntomas se incluyen a la demencia.
Sin embargo, las demencias pueden ser clasificadas en base a diferentes criterios, como por ejemplo:
Esta es una clasificación muy antigua y actualmente no es utilizada, sin embargo, el término “demencia senil” sigue siendo utilizado de forma indiscriminada para referirse a cualquier demencia que es producida en la etapa de adulto mayor o en la senilidad.
Es importante dejar claro que “demencia senil” no existe. Dicha forma de referirse a un tipo específico de demencias dejó de utilizarse, ya que denotaba erróneamente que la demencia fuera algo único o inevitable de la etapa de adulto mayor.
Este tipo de clasificación engloba a las demencias según la estructura cerebral que afectan, indiferentemente de la edad de aparición, o la causa.
Esta clasificación se realiza en base al conocimiento de la causa de la enfermedad. Estas son demencias primarias o secundarias.
A pesar de que se conocen múltiples tipos de demencias, viéndolas desde el punto de vista de la frecuencia en la que aparecen, existen algunos tipos que predominan más que otros y la mayoría de ellos ocurren en edades avanzadas (de allí el uso del término “demencia senil”).
Las 3 demencias más frecuentes son:
Usualmente se asocia a la demencia tanto con la enfermedad de Alzheimer que se usan cómo sinónimos. Pero en realidad es que la enfermedad de Alzheimer es una enfermedad cuya característica más importante es la demencia que produce. Se caracteriza sobretodo por producir pérdida de la memoria de forma progresiva, así como el daño de otras funciones cognitivas cómo las interacciones sociales, la capacidad de razonamiento, y que poco a poco incapacita a la persona a valerse por si misma.
Representa el tipo de demencia más común en el adulto mayor, ya que se sabe que el entre el 65 y 80% de las personas mayores con alguna demencia tienen enfermedad de Alzheimer.
Si deseas saber más sobre esta enfermedad puedes visitar la guía sobre el Alzheimer en el adulto mayor.
Este tipo de demencia se produce por el riego ineficiente de los vasos que irrigan el cerebro. En la demencia vascular ocurren pequeños accidentes cerebrovasculares los cuales dañan el tejido cerebral de forma paulatina. Puede desarrollarse a raíz de un ECV, cómo por aterosclerosis, la diabetes, la hipertensión y el tabaquismo.
Es el segundo tipo de demencia más común, representando el 20% de los casos de demencia en el adulto mayor.
Los síntomas más comunes de demencia vascular incluyen:
La demencia por cuerpos de Lewy también es una enfermedad neurodegenerativa que produce demencia, se parece mucho al Alzheimer y debe su nombre a que produce la acumulación de proteínas anormales en el cerebro denominadas cuerpos de Lewy.
El principal problema de esta demencia es que es muy difícil diagnosticar y la única forma de conocer si existen dichos cuerpos de Lewy es mediante la realización de una autopsia. Debido a su difícil diagnóstico, se estima que entre el 10 y 36% de las personas con demencia sufren este tipo de enfermedad.
Los factores de riesgo para ésta enfermedad, así como las causas no están identificados, pero se cree que la herencia genética influye de forma bastante importante.
Los síntomas más comunes de la demencia con cuerpos de Lewy incluyen:
Esta no es una enfermedad específica sino un conjunto de trastornos que afectan directamente los lóbulos temporal y frontal, las cuales son áreas del cerebro que están asociadas con la personalidad, el lenguaje, y el comportamiento. Es por ello que el daño de éstas regiones del cerebro produzcan demencia.
Las demencias por enfermedades fronto-temporales son muy poco frecuentes, y a diferencia del Alzheimer, se suele presentar en edades más tempranas (entre los 40 y 45 años).
Los síntomas más comunes en este tipo de demencia incluyen:
Cómo su nombre lo indica, es un tipo de demencia que incluye varios tipos de demencia. Por ejemplo, se han realizado autopsias en personas que se diagnosticaron con alguna demencia cómo el Alzheimer y se ha podido encontrar que en algunas ocasiones los síntomas no fueron producidos por una única enfermedad, sino que por el contrario, la persona tenía una combinación de varias, cómo la demencia con cuerpos de Lewy, con enfermedad de Alzheimer y/o demencia vascular. Al igual que otras demencias, es muy complicado diagnosticarla.
Las causas de la demencia dependerán de qué tipo de demencia estemos hablando. En muchos casos, la demencia no tiene causas aparentes, sin embargo, existen otros tipos de demencia que se pueden prevenir e incluso pueden revertirse cuando la causa es identificada y la enfermedad que produce el síndrome puede ser controlada.
Las causas de demencia más común son:
Otras causas de demencia que son reversibles cuando se tratan con antelación son:
Existen muchísimas condiciones que provocan que exista mayor probabilidad de que una persona padezca algún tipo de demencia. Sin embargo, las causas no están bien clarificadas a este momento y no quiere decir que por cumplir con alguno de los factores de riesgo se vaya a producir la enfermedad de forma inequívoca.
A continuación mencionaremos cuales son los factores que aumentan la probabilidad de sufrir alguna demencia:
Otros factores que también aumentan la posibilidad de sufrir demencia (aunque son prevenibles), son:
Cómo ya se ha mencionado, la respuesta a esta pregunta se responde dependiendo del tipo de demencia que se esté hablando. A grandes rasgos, la demencia que es causada por factores externos cómo por el uso de ciertos fármacos o enfermedades infecciosas, se puede revertir.
Sin embargo, la demencia que es causada por enfermedades neurodegenerativas no tiene cura, aunque el tratamiento médico actual puede ayudar a reducir sus síntomas y disminuir el desarrollo de la enfermedad en el tiempo.
El diagnóstico de la demencia dependerá de las manifestaciones clínicas que demuestre la persona, y lo que principalmente se busca es encontrar las causas de la misma. Dependiendo de la edad y los factores de riesgo de la persona el médico recurrirá a una serie de pruebas neurológicas, psicológicas, de laboratorio y en algunos casos, de imagenología.
Para indagar más acerca del tipo de demencia que posee la persona, el médico evaluará como funciona la mente de la persona a través de pruebas especializadas que se enfocan en evaluar las funciones cognitivas del individuo. En las pruebas se evalúa la memoria, el juicio, el razonamiento, la habilidad para comunicarse, la concentración, etc.
Adempas de las pruebas psicológicas, el médico evaluará como funcionan los sentidos (la vista, el oído, el tacto), así cómo otras áreas que dependen de las funciones cerebrales.
Un análisis de sangre puede determinar si la persona padece deficiencia de vitamina B12, lo cual puede ser un desencadenante de demencia. Así mismo, mediante los mismos también se puede evaluar el metabolismo y las funciones de las glándulas cómo la tiroides o paratiroides las cuales al fallar pueden provocar demencia. De esta manera se descartan algunos tipos de demencia en caso de ser negativos y se proceden a realizar estudios más específicos.
Con la ayuda de una resonancia magnética o una tomografía computarizada es posible observar la salud del cerebro y evidenciar si existe algún tipo de afección física que pudiera estar provocando la demencia. En estas imágenes se busca algún tipo de sangrado, falta de irrigación, tumor o acumulación de líquido.
Recuerda que los estudios médicos son los únicos que pueden corroborar esta enfermedades. La atención médica oportuna es indispensable.