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El Alzheimer es un tipo de demencia común en el adulto mayor. Se caracteriza por ser un síndrome que afecta las funciones psíquicas de una persona tales como la memoria, el pensamiento o el lenguaje (por mencionar solo algunas), lo cual puede manifestarse como una incapacidad bastante grave que impide a quien lo padece hacer incluso la tarea cotidiana más sencilla. Lamentablemente el Alzheimer es un trastorno degenerativo, por lo que empeora con el tiempo y a día de hoy no tiene cura.
Una persona con demencia deja de pensar de forma normal, desarrolla comportamientos erráticos y cualquier acción que requiera el uso de su cognición (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) se verá alterado completamente. El Alzheimer puede dejar a la persona completamente incapacitada tanto física como mentalmente, y debido a sus características repercute no sólo en quien lo padece sino también en las personas cercanas de éste.
Cabe destacar que ser diagnosticado con Alzheimer tampoco representa una sentencia de muerte, pues actualmente se puede tratar la enfermedad para retrasar el daño cognitivo tanto como sea posible.
La OMS define a la demencia como un deterioro global de las funciones cerebrales superiores, es decir, todas aquellas funciones propias de los seres humanos que lleva a cabo nuestro cerebro.
Por esta razón afecta a:
Según la Organización Mundial de la Salud, el Alzheimer es el tipo más común de demencia en los adultos mayores, y se sabe que:
Existen algunos conceptos que suelen usarse erróneamente, “demencia senil” es uno de ellos. La demencia es un término que engloba un conjunto de síndromes que poseen las características que se mencionaron anteriormente.
Pero en sí, cada tipo de demencia tiene ciertas características diferenciadoras a pesar de tener muchos síntomas comunes. En el caso del Alzheimer, el síntoma más evidente es la pérdida de la memoria.
La demencia en sí, no es una única enfermedad, sino un conjunto de enfermedades que afectan la capacidad para procesar el pensamiento (las funciones cognitivas), siendo la más común el Alzheimer el adulto mayor.
A menudo se suele usar el término demencia senil refiriéndose a la demencia, lo cual es incorrecto y refleja la una creencia errónea de que el deterioro cognitivo es algo propio de la senilidad o el envejecimiento. La demencia puede aparecer en personas de todas las edades, y aunque es más común en el adulto mayor, ésta se puede desarrollar por otros factores como el consumo de ciertos medicamentos o accidentes.
Dependiendo de la fase en la que se encuentre la enfermedad, algunos síntomas pueden aparecer de forma más marcada. Por ello, la Alzheimer’s Association elaboró una lista con los signos y síntomas más comunes de esta patología:
Una de las señales más características del Alzheimer en el adulto mayor es la alteración de la memoria, la cual suele evidenciarse en estados tempranos de la enfermedad.
Estas alteraciones suelen ser problemas que dificultan el desenvolvimiento de la vida diaria como olvidar información que recién se aprendió, u olvidar fechas y eventos de gran relevancia.
A las personas con Alzheimer les suele ser difícil recordar en que mes están, los días de la semana, los meses o incluso el año. También pueden sentirse confusos con respecto al lugar en donde se encuentran, o cómo llegaron allí.
También suele aparecer dificultad para comprender o percibir las distancias, pueden perderse en lugares conocidos o colocar cosas en lugares equivocados.
Los adultos mayores con Alzheimer pueden tener problemas para realizar tareas cotidianas como cepillarse los dientes, limpiar, bañarse, cocinar… Esta es una de las cosas que más incapacita a la persona que padece la enfermedad y que más sobrecarga a sus cuidadores.
A nivel visual quien padece de esta enfermedad puede sentir que su vista no funciona como solía ser, esto se manifiesta como una dificultad para percibir lo alejado o lo cerca que se encuentra un objeto, problemas para leer, determinar un color o un contraste, etc…
A veces se suele confundir con el deterioro normal de la vista en esta edad, o con enfermedades visuales comunes como las cataratas, la cual también puede provocar problemas en la vista parecidos a los que aparecen en el Alzheimer en el adulto mayor.
El uso del lenguaje tanto oral como escrito puede verse truncado para quien padece esta enfermedad, esto se puede manifestar como problemas para encontrar la palabra adecuada para expresar una opinión, olvidar el nombre de los objetos o palabras de uso habitual.
A una persona con Alzheimer le cuesta mantener una conversación normal, pudiendo detenerse en medio de la misma de forma repentina sin saber como proseguir. Además, con una mínima distracción durante el habla puede que olviden todo lo que justo acaban de decir, o que repitan lo mismo una y otra vez.
El juicio en las personas con Alzheimer generalmente puede verse nublado, lo que los lleva a que decisiones comunes sean un completo reto. Esto es algo que debe tenerse especial cuidado cuando éstos manejan dinero.
A pesar de que no se ha logrado identificar aún una causa real que produzca la enfermedad de Alzheimer, las investigaciones si que han podido ubicar algunos factores de riesgo.
Entre los más destacados están:
Al ser una enfermedad progresiva, ésta puede dividirse en varias etapas dependiendo del tiempo que lleve la persona padeciéndola. Para dar una idea general de como van cambiando las habilidades de una persona con este tipo de demencia, se han descrito tres fases, aunque es difícil ubicar a una persona en cada una de estas ya que las mismas se solapan:
En esta fase, la persona suele desenvolverse con más o menos naturalidad y de forma independiente. Suelen conducir sin problemas e integrarse en actividades sociales como de costumbre. Los primeros síntomas que se empiezan a evidenciar son los relacionados a la pérdida de memoria como por ejemplo:
A pesar de que la enfermedad no tiene ninguna cura, es importante prestarle atención a los primeros síntomas ya que un diagnóstico precoz puede ayudar muchísimo a mejorar la calidad de vida de la persona a futuro.
Esta etapa generalmente puede durar años, por lo que es la fase más larga del Alzheimer, y mientras más pase el tiempo la persona debe requerir más atención y cuidados.
Esta fase se manifiesta usualmente con cambios más bruscos en su personalidad y el comportamiento. También se acentúan más los problemas en el pensamiento, dificultándole mucho más la expresión del lenguaje y la realización de tareas comunes.
En esta fase se notan mucho más acentuados síntomas como:
En esta etapa las personas requieren atención prácticamente el 100% del tiempo, y se manifiesta de forma que se les hace imposible reconocer o responder al medio que les rodea. Es posible que digan frases breves pero la comunicación es completamente dificultosa.
Los síntomas más relevantes de esta etapa se relacionan con el empeoramiento de las fases anteriores:
El tiempo de vida de una persona con diagnóstico de Alzheimer suele variar de forma bastante amplia. Algunas personas viven de 3 a 11 años, pero es posible que incluso puedan alcanzar más de 20 años. Generalmente la enfermedad los hace susceptibles a enfermedades respiratorias como la neumonía, lo cual suele ser la causa de muerte más común.
Dependiendo de lo avanzada que esté la enfermedad, los pacientes con Alzheimer suelen requerir de diferentes cuidados más avanzados y estar bajo la asistencia de médicos especialistas. Por suerte, existe una gran variedad de especialistas que tratan la demencia.
A continuación se mencionan los más indicados:
De primera mano, quien mejor puede coordinar todos los cuidados y la atención tanto al paciente como a sus familiares o cuidadores es el médico de familia. Este tiene la capacidad de notar los primeros síntomas de la enfermedad y derivarlo a un especialista más adecuado.
Si usted cree que algún familiar suyo puede estar presentando síntomas característicos del Alzheimer lo más recomendable es recurrir de primera mano a su médico de cabecera ya que será éste quien lo derive a una consulta con otro especialista.
El médico geriatra es la persona más indicada en la mayoría de los casos para tratar esta enfermedad ya que éste se encarga de realizar un abordar de una manera más integral todos los cuidados que requieren en el adulto mayor. Además, es el geriatra quien está en constante contacto con otras enfermedades comunes de la adultez mayor, de las cuales los pacientes con Alzheimer no están exentos.
Este se encarga específicamente de tratar todas las enfermedades relacionadas con el sistema nervioso y también es una alternativa de asistencia ante esta patología.
Al igual que el geriatra, un internista también puede ser de gran ayuda ya que no sólo se especializa en tratar enfermedades como el Alzheimer, sino que está familiarizado con otras patologías comunes de la edad y por lo tanto también garantiza una atención más integral.
Un psicólogo o psiquiatra también puede ser parte del equipo multidisciplinario para abordar una demencia como esta. Esto es porque además del propio enfermo, la carga que representa el asistir a una adulto mayor con Alzheimer puede llegar a agotarlos tanto física como mentalmente, por lo que es necesario muchas veces de atención psicológica que ayude a mejorar o recuperar la estabilidad emocional en el hogar.
Además de los médicos especialistas, el adulto mayor con Alzheimer requiere de cuidados especiales para llevar una mejor calidad de vida los cuales muchas veces llegan a sobrepasar la ayuda de los familiares. Usualmente se requieren de ciertos cuidados que puede llevar a cabo el personal de enfermería en el hogar.
Dichos cuidados evidentemente serán diferentes para la fase de la enfermedad en la que se encuentre la persona, además de las actividades que serán responsabilidad del enfermero y cuales serán responsabilidad de los familiares, sin embargo, un plan de cuidados de enfermería siempre debe contemplar:
Tener un familiar con Alzheimer puede ser una situación muy dura tanto física como mentalmente, y es normal que cualquier persona pueda sentirse agobiada en una situación como esta. Por ello, recopilamos una serie de recomendaciones que puedes seguir si te encuentras en una situación así para evitar en lo posible situaciones conflictivas que te estresen tanto a ti como a tu familiar:
Antes de que un familiar con Alzheimer se pierda, es necesario tomar una serie de medidas para que en caso de que esto ocurra, tener un plan de contingencia y que se pueda salir de dicha emergencia. Por ejemplo:
Si tu familiar se ha extraviado lo primero que debes hacer es comunicarte con el servicio de emergencias 911. Las personas con Alzheimer no deben esperar 24 o 48 horas para reportar su desaparición.
Si quieres obtener información más demás sobre este padecimiento en México puedes informarte con estas instituciones: