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La hipertensión arterial hace referencia a un tipo de trastorno de salud que se origina en los vasos sanguíneos y que puede o no producir síntomas. Como su nombre lo indica, se debe a una elevada tensión en las arterias, la cual se produce para contener o contrarrestar la presión ejercida por la sangre durante el paso por las mismas.
¿Quieres saber cuáles son los síntomas que produce mayormente la hipertensión arterial? En el siguiente artículo hablaremos sobre este trastorno y cual es su tratamiento.
La hipertensión arterial no suele causar síntomas y puede afectar a todas las personas en cualquier etapa de su vida, aunque es más común en los adultos maduros y adultos mayores, por lo que al momento de una emergencia la persona puede manifestar ciertas señales o síntomas que se ha producido hipertensión arterial.
En el caso de las mujeres, hombres y adultos mayores, los síntomas de la hipertensión arterial tampoco aparecen hasta que el trastorno alcance su punto más grave. Esto es algo que podría resultar muy peligroso para la vida de la persona si no se trata a tiempo.
Cuando la hipertensión arterial llega a un punto realmente grave, el individuo comenzará a manifestar ciertos síntomas como, por ejemplo:
Se recomienda asistir a una consulta médica cada cierto tiempo para controlar la presión arterial. Ya que, como anteriormente lo mencionamos, los síntomas de la hipertensión arterial no se presentan hasta que el trastorno no se desarrolle casi por completo.
Es de suma importancia recurrir inmediatamente a un médico si algunos de los síntomas de la hipertensión arterial se manifiestan de forma frecuente.
Cuando la presión arterial es de 120/80 mmHg, se dice que es normal, evidentemente puede tener leves variaciones en distintas personas, pero si se encuentra muy por encima de ésta se habla de una hipertensión.
Esta dificultad debe ser corregida a tiempo para evitar que el corazón trabaje de más. Ya que esto podría desencadenar en algunos problemas de salud, como daños en el propio corazón, afecciones renales, aneurismas, problemas en la vista, entre muchos otros.
La presión arterial está en un nivel normal cuando el valor de la tensión sistólica (la más alta de las dos lecturas) es alrededor a 120 milímetros de mercurio (mm Hg) y el valor de la diastólica (el valor más bajo) está en los 80 mm Hg. Por otra parte, se considera que un adulto mayor tiene una presión arterial elevada cuando el valor de la tensión sistólica está entre 120 y 129 mm Hg.
La presión arterial alta de etapa 1, también conocida como hipertensión, se manifiesta con un valor de entre 130 y 139 mmHg en cuanto a la tensión sistólica. Mientras que la tensión diastólica en estos casos presenta un valor de entre 80 y 89 mm Hg. En el caso de la hipertensión de etapa 2, el valor de la tensión sistólica será de 140 mm Hg o superior y la cifra de la diastólica de 90 mm Hg o superior.
Cuando los niveles de la presión arterial del adulto mayor se consideren altos, este deberá cambiar por completo su estilo de vida. Esto quiere decir que deberá seguir una dieta alimenticia saludable y acudir a un médico para que este le recete ciertos medicamentos para tratar este trastorno.
Actualmente no se han especificado las causas exactas que produce la hipertensión arterial en los ancianos. A pesar de esto, los especialistas en el tema han estudiado varios casos y determinaron una serie de factores que en la mayoría de las veces se encuentran presenten en las personas afectadas. Entre ellos se incluyen:
A diferencia de las mujeres, los hombres son más propensos a desarrollar hipertensión arterial. No obstante, las posibilidades para ambos géneros se igualan cuando las mujeres llegan a la edad de la menopausia. Esto sucede porque naturalmente las mujeres cuentan con un grupo de hormonas especiales, conocidas como estrógenos, que las protegen de varias enfermedades o problemas de salud durante la edad fértil. Gracias a esto, el sexo femenino tiene menos posibilidades de sufrir cualquier enfermedad cardiovascular.
Cabe destacar que las píldoras anticonceptivas influyen de manera negativa en cuanto a este tema. Puesto que las mismas hacen que las mujeres jóvenes tengan posibilidades de desarrollar alguna afección cardíaca a pesar de estar en la edad fértil.
Según los especialistas, una persona puede sufrir de hipertensión arterial si uno o ambos de sus padres padecen de esta enfermedad. De hecho, ciertas investigaciones científicas han demostrado que un individuo bajo estas circunstancias tiene el doble de posibilidades de desarrollarla que otras personas con padres sin presión arterial alta.
La presión arterial se eleva con el aumento de peso, sobre todo en las mujeres y en las personas menores de 40 años de edad. Por lo tanto, todo individuo que cuente con un peso más alto de lo normal, tendrá más probabilidades de padecer hipertensión arterial que una persona con un peso adecuado. Hasta los momentos no se sabe si el sobrepeso y la obesidad son los causantes directos de la hipertensión o si existe algún otro factor asociado que incremente la presión. Sin embargo, las últimas investigaciones realizadas indican que el aumento de peso crea ciertas alteraciones en la salud que también pueden estar asociadas con la presión arterial alta.
Otra de las posibles causas de la hipertensión arterial es la edad. Esto ocurre porque naturalmente las cifras de presión arterial suelen aumentar con los años. Por esta razón la mayoría de hipertensos son adultos mayores y es muy raro ver este problema en una persona joven.
Además de esto, los especialistas han expresado que los adultos mayores de raza negra tienen el doble de posibilidades de presentar síntomas de hipertensión arterial a diferencia de los de raza blanca.
Varios estudios han demostrado que el consumo en exceso de bebidas alcohólicas puede generar problemas en el corazón en un futuro. Por ello es importante que las personas de la tercera edad consuman alcohol de forma moderada. Dicha moderación implica que las mujeres solo deben ingerir un trago al día, mientras que los hombres pueden consumir hasta dos tragos diarios.
La falta de ejercicio físico aumenta las posibilidades de sufrir de sobrepeso u obesidad. Además, es un factor clave en el incremento de la frecuencia cardíaca y, por ende, de la presión arterial. Esto sucede porque cuando el ritmo cardíaco es muy alto, el corazón debe trabajar un poco más y esto hace que ejerza más presión sobre las arterias.
Ciertos aspectos de las personas como las comidas que ingieren a diario y el estilo de vida de las mismas, pueden influir en el desarrollo de la hipertensión arterial. Entre estos se encuentran:
Generalmente la hipertensión arterial en ancianos suele originarse como consecuencia de un problema en el corazón o en los riñones. Así como también por los malos hábitos del estilo de vida donde se incluye la obesidad, la falta de ejercicio y las dietas poco saludables.
Como lo mencionamos al principio de este artículo, tanto los vasos sanguíneos como algunos órganos pueden sufrir daños si las paredes de las arterias reciben demasiada presión por un tiempo prolongado. Es por ello que mientras más alta sea la presión y más tiempo se tarde en controlarla, mayor será el daño que cause esta afección.
Entre las distintas complicaciones que un anciano puede desarrollar a raíz de la hipertensión arterial están:
La presión arterial alta puede debilitar los vasos sanguíneos, algo que provocaría el origen de una protuberancia o aneurisma. Si este problema de salud no es tratado a tiempo, las arterias afectadas podrían romperse y poner en peligro la vida del individuo.
Este síndrome está formado por una serie de trastornos del metabolismo donde se incluye la presión arterial alta, el colesterol bueno bajo y los niveles altos tanto de triglicéridos como de insulina. Cuando una persona presenta alguna de estas alteraciones, tiene grandes probabilidades de sufrir un accidente vascular, diabetes o hasta incluso una enfermedad cardíaca.
La hipertensión arterial puede engrosar y endurecer los vasos sanguíneos. Esto es algo que dificultaría el paso de la sangre a través de los mismos y podría producir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco u otros problemas de salud.
Cuando no se controla la presión arterial alta, es muy posible que las capacidades de la persona para recordar, pensar y aprender se vean afectadas. De hecho, los problemas con el entendimiento o la memoria son síntomas muy comunes entre los individuos que padecen de hipertensión arterial.
La demencia se produce cuando las arterias se estrechan o se bloquean, ya que esto limita la cantidad de sangre que llega al cerebro. Esta limitación puede darse por una hipertensión arterial o por un accidente cerebrovascular, aunque en muchos casos no se debe a ningún signo ni síntoma.
La presión arterial alta es capaz de debilitar, estrechar y desgarrar los vasos sanguíneos tanto de los ojos como de los riñones. En muchos casos esto es algo que provoca que la persona pierda la vista y tenga problemas renales.
Para realizar un diagnóstico de la hipertensión es necesario que el especialista le tome la presión arterial al adulto mayor unas dos o tres veces. Este proceso deberá realizarlo en cada una de las tres o más consultas para poder dar un diagnóstico acertado, ya que la presión arterial suele variar durante el día. Por lo tanto, si solo se realiza una prueba, es muy posible que se dé un diagnóstico erróneo. Seguramente el médico le pedirá al individuo que registre su presión arterial en casa. De esta forma obtendrá más información y podrá confirmar sus sospechas.
En algunos casos los especialistas prefieren utilizar un monitoreo de la presión arterial de 24 horas, debido a que esta es una prueba mucho más eficaz. La misma consta de un dispositivo que mide de forma automática la presión arterial de la persona en intervalos regulares durante 24 horas. Esto le brinda una serie de resultados más precisos al médico donde podrá observar los cambios en los valores de presión entre el día y la noche.
Además de vigilar la presión arterial, es muy probable que el médico recomiende algunos exámenes de rutina como, por ejemplo, un análisis de sangre, orina, colesterol o un electrocardiograma para estudiar la actividad eléctrica del corazón.
Por lo general, el tratamiento para la hipertensión arterial consta de dos partes. Ya que durante este proceso la persona de la tercera edad tendrá que cambiar su estilo de vida y utilizar algún que otro fármaco.
Según el criterio de cada médico, este puede recomendar los siguientes cambios que el individuo podrá aplicar en su día a día:
A pesar de que estas modificaciones pueden influir positivamente en la presión arterial, no son suficientes para controlarla por completo. Es por ello que los especialistas prefieren combinar dichos cambios con algunos medicamentos. Sobre todo, si la persona presenta una presión arterial de 130/80 o superior.
Entre los distintos medicamentos que se pueden utilizar para el tratamiento de la hipertensión se encuentran los siguientes:
El uso de estos medicamentos debe estar bajo vigilancia médica. Evite la automedicación.
Para prevenir la hipertensión arterial es fundamental llevar un estilo de vida sano donde se incluyan los siguientes consejos:
Los ejercicios físicos son un método ideal para disminuir la presión arterial y mantener un peso saludable. Esto se logra gracias a que estimulan al corazón para que lata con más fuerza y respire un poco más de oxígeno. Por esa razón los especialistas recomiendan que los adultos mayores hagan como mínimo dos horas de ejercicio aeróbico por día de forma moderada o, en su defecto, aproximadamente una hora si se utiliza una rutina un poco más intensa.
Para reducir los niveles de la presión arterial y mejorar la salud tanto física como emocional, es importante aprender a controlar el estrés. Para conseguir este objetivo se pueden utilizar los ejercicios físicos o hasta incluso escuchar música o meditar.
Las dietas alimenticias con una cantidad suficiente de potasio y pocas cantidades de sal, son ideales para mantener el control de la presión arterial en los adultos mayores. Además de esto, también se deben incluir alimentos bajos en grasas como, por ejemplo, las verduras, los granos y las frutas.
Los cigarrillos, además de causar hipertensión, están relacionados con los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardíacos. En caso de que la persona no sea capaz de dejar el cigarrillo por sí sola, puede pedirle algún consejo a su médico para que la ayude a dejar este vicio.