Go to top

Tecnología y salud cerebral en adultos mayores

Sin duda la tecnología ha avanzado enormemente y no se compara a cómo era hace algunos años, por ejemplo en tu niñez. Y hasta la fecha, hay quienes piensan que la tecnología puede ser dañina. Tienen razón en parte; lo puede ser si se utiliza en exceso y sin conciencia. Pero, ¿qué dirías si te dijeran que tecnología y salud cerebral no están peleados para los adultos mayores?

La primera generación de personas que interactuó con las tecnologías digitales ya llegó a la edad en la que empiezan a aparecer problemas cognitivos, como demencia o falta de memoria. Y ha habido estudios que señalan que usar computadoras, tablets o celulares inteligentes, pueden afectar el cerebro.

Sin embargo, hay dos científicos estadounidenses, Jared F. Benge y Michael K. Scullin, de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Baylor respectivamente, que plantean una nueva teoría que dice lo contrario. Ellos hablan de “reserva tecnológica” y dicen que la tecnología puede proteger la cognición. Pero vamos paso a paso para entender todo lo que dice este nuevo estudio.

¿Qué estudio realizaron?

Estos dos científicos hicieron un metaanálisis; esto quiere decir, un análisis estadístico que reúne datos de diversos estudios. Compilaron los datos de más o menos 157 estudios, realizados con 400,ooo personas mayores de 50 años. Y con esta información, concluyeron tres cosas principales:

  1. Las personas que usaban tecnología digital regularmente tenían un 42% menos de riesgo de deterioro cognitivo.
  2. Presentaban un declive mental un 26% más lento que aquellos que no la utilizaban.
  3. Este efecto se mantuvo incluso considerando factores como el género, la capacidad cognitiva inicial, la educación, la salud y el acceso a recursos.

¿Cómo explican sus conclusiones?

Los autores dicen que el fenómeno se debe a lo que denominan “reserva tecnológica”, un concepto nuevo que es similar a la reserva cognitiva. Lo que indica es que la interacción digital estimula la mente y puede fomentar hábitos saludables como un aprendizaje continuo.

El concepto de “reserva tecnológica” refuerza la importancia de mantenerse cognitivamente activo. El uso regular de la tecnología, lejos de aislar, facilita la conexión con el mundo, activa procesos mentales complejos y puede incluso prevenir enfermedades neurodegenerativas.

¿Cómo ayuda la tecnología al cerebro envejecido?

De acuerdo a Jared F. Benge y Michael K. Scullin, las tecnologías digitales pueden:

  • Estimular la actividad cognitiva a través de la lectura, juegos, o videollamadas.
  • Permitir la interacción social, clave para mantener la mente ágil.
  • Fomentar el aprendizaje constante, previniendo el deterioro de funciones ejecutivas.
  • Ayudar a formar rutinas saludables, como seguir horarios de sueño, tomar medicación o realizar ejercicio físico con aplicaciones móviles.

El metaanálisis demuestra que el uso de tecnologías digitales está vinculado a un menor riesgo de deterioro cognitivo, incluso después de considerar diversos factores. Este enfoque se respalda con evidencia científica sólida, ya que el análisis incluye estudios de alto rigor metodológico.

¿Cómo amplificar el beneficio de la tecnología en la salud cerebral?

El uso de tecnología por sí solo ofrece beneficios, pero su efecto puede potenciarse cuando se combina con hábitos saludables como:

  • Ejercicio físico regular.
  • Alimentación balanceada.
  • Buen descanso nocturno.
  • Reducción del estrés.
  • Socialización y vínculos afectivos.

¿Qué recomendaciones debo tener en cuenta?

Como decíamos al principio, todo en exceso es malo. Los científicos de este estudio están de acuerdo con la necesidad de emplear las tecnologías de una manera consciente y con límites de tiempos saludables. Pero sí consideran que es seguro fomentar el uso de pantallas en la vejez, mientras se haga de manera moderada. Para ello se recomienda tomar en cuenta lo siguiente:

  • Usar filtros de luz azul o activar el modo nocturno.
  • Tomar descansos visuales cada 20 minutos.
  • Priorizar aplicaciones educativas, sociales o de entretenimiento interactivo.
  • Utilizar tablets con pantallas grandes, teléfonos con interfaces sencillas y aplicaciones intuitivas.
  • Emplear la tecnología como un complemento pero no reemplazar la estimulación cognitiva tradicional.