Índice
Durante la tercera edad es muy importante mantener una nutrición adecuada para una buena salud. Sin embargo, estudios reportan que la malnutrición en el adulto mayor, también conocida como desnutrición, afecta entre un 1 y 5% de los adultos mayores sin padecimientos preexistentes; entre 25 y 60% de los adultos que padecen alguna enfermedad y del 35 al 65% de adultos mayores hospitalizados.
El estado de Malnutrición en el Adulto Mayor es ocasionado por diferentes factores: envejecimiento biológico, que provoca pérdida en el índice de masa corporal, factores sociales, económico, psicológicos, enfermedades preexistentes y algunos fármacos que interfieren con la absorción de los nutrientes.
Con una ingesta adecuada de calorías, lípidos, carbohidratos, proteínas y micronutrientes se puede mejorar la condición nutricional del adulto mayor, sin embargo, recuperar la masa corporal pérdida resulta ser es más complicado.
El estado nutricional del adulto mayor está condicionado a los hábitos alimenticios que haya mantenido a lo largo de su vida. Durante el envejecimiento se presentan cambios corporales que afectan directamente su estado nutricional, lo que eleva el riesgo de padecer deficiencias nutricionales. Entre los cambios corporales asociados al envejecimiento podemos encontrar el aumento de grasa corporal, disminución de masa magra y pérdida de olfato y/o gusto.
La pérdida de peso puede ser un signo de Malnutrición en el Adulto Mayor. Sin embargo las variaciones de peso pueden deberse a padecimientos aún no diagnosticados, por lo que se debe partir de una Valoración Geriátrica Integral. Dentro de esta valoración se debe hacer una Evaluación Nutricional para conocer las condiciones nutricionales actuales del adulto mayor.
Existen dos supuestos en la Malnutrición del adulto mayor, mientras uno se refiere a la insuficiencia de nutrimentos el otro, hace referencia al consumo en exceso de los mismos. Ambos tienen sus características y causas propias. Los dos tipos de Malnutrición en el Adulto Mayor son: Desnutrición y Sobrenutrición.
La desnutrición es una forma de malnutrición, que puede ser una consecuencia de una pobre alimentación, ingstión insuficiente de nutrientes, alteraciones del metabolismo, malabsorción, pérdida de nutrientes por enfermedades, como diarrea, aumento de necesidades de nutrientes a consecuencia de enfermedades, como infecciones o cáncer.
La Sobrenutrición del adulto mayor es consecuencia del consumo extra de nutrientes, se caracteriza por el exceso de tejido adiposo en el organismo.
Tanto Desnutrición como Sobrenutrición se pueden prevenir con una alimentación sana. Una dieta adecuada debe asegurar la cantidad necesaria de energía y cubrir las necesidades de macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) y micronutientes (vitaminas y minerales). Sin embargo, cada caso se debe evaluar de forma individual respecto a las condiciones del adulto mayor: edad, altura, actividad física, padecimientos, entre otros.
Dentro de la alimentación adecuada para el adulto mayor, se deben incluir todos los grupos de alimentos. Ningún grupo es más importante que otro, todos los alimentos son necesarios en la alimentación del adulto mayor. Además el adulto mayor debe mantenerse bien hidratado, debe consumir agua aún si no siente sed.
Los primeros signos que muestran la desnutrición del adulto mayor es la pérdida involuntaria de peso. Si el adulto mayor ha perdido más del 5% del peso corporal en menos de 30 días, y mayor a 10% del peso corporal en 6 meses sin intención o causa aparente. Cambios recientes y frecuentes en la talla de ropa. Otros síntomas que podemos encontrar son:
Todos los adultos mayores de 60 años, deben realizarse una valoración nutricional al menos una vez al año. En ella se identificarán diferentes aspectos de la nutrición del adulto mayor. Entre éstos se identifica el Índice de Masa Corporal IMC que nos mostrará si el adulto mayor cuenta con desnutrición menor a 22, peso adecuado entre 22 y 27, sobrepeso mayor a 27 u obesidad mayor a 30.
La Evaluación Nutricional consta de tres etapas: Entrevista, Exploración Física y Pruebas de laboratorio. En caso de padecer alguna otra enfermedad, se deben practicar exámenes específicos de laboratorio, al adulto mayor, dependiendo del padecimiento.
Durante la entrevista se deben valorar padecimientos actuales, síntomas, antecedentes médicos y quirúrgicos, hábitos alimenticios, historia dietética, presencia de síntomas atípicos como incontinencia urinaria, caídas, falta de apetito y pérdida o ganancia de peso reciente. Además se debe indagar en cambios de talla de ropa reciente, redes de apoyo, como familia y amigos, antecedentes sociales y psicológicos y factores de riesgo.
Entre los factores de riesgo que podemos encontrar en las personas de la tercera edad, se encuentran:
En la Exploración Física se deben buscar condiciones que alteren el apetito, como depresión, constipación, dolor y salud oral. Realizar una estimación de grasa subcutánea, estimación de masa corporal e índice de masa corporal. Se debe poner atención en piel, uñas, cabello, labios, lengua y sistema músculo esquelético, alteraciones en ellos puede ser un signo de Malnutrición en el Adulto Mayor.
Se debe medir peso, talla, altura de la rodilla (en caso de tener duda de la talla, o no pueda ser medida) índice de masa corporal, circunferencia media del brazo, circunferencia de la pantorrilla (presentar obesidad y tener una circunferencia menor a 31 cm está relacionado con sarcopenia), cintura, circunferencia de cadera, índice cintura-cadera.
El diagnóstico de obesidad en adultos jóvenes se da a partir de un IMC superior a 27 y 25 en personas de poca altura. Sin embargo aún no está definido el IMC ideal para el adulto mayor, actualmente se ubica entre 23 y 28.
Para diagnosticar el estado de malnutrición en el adulto mayor se utilizan dos pruebas:
También es recomendable la realización de una biometría hemática completa, perfil, tiroideo, pruebas de función hepática y depuración de creatinina en orina de 24 hrs para descartar otros padecimientos que puedan estar alterando el peso o la nutrición del adulto mayor.
Existen tres factores principales por los que el Adulto Mayor puede estar padeciendo malnutrición: Enfermedades, Factores Psicológicos y Socioeconómicos. A su vez, estos factores de riesgo contienen distintas causas que provocan la Malnutrición en el Adulto mayor.
Las enfermedades bucales, no sólo tienen consecuencias locales, también afectan funciones como comer, masticar y deglutir. La pérdida parcial o total de las piezas dentales supone la colocación de dentaduras postizas que de no estar bien colocadas pueden lastimar y dificultar la mordida. Enfermedades o lesiones que no le permitan moverse. Osteoporisis. Pérdida de las capacidades funcionales y trastornos neurodegenerativos son los padecimientos principales causantes de la Malnutrición.
La soledad es un factor importante para desarrollar Malnutrición. Si el adulto mayor vive solo, es muy probable que también coma solo. Se ha demostrado un incremento en la ingesta de alimentos cuando se hace en grupo o son preparados por una tercera persona. Un adulto mayor deprimido difícilmente probará alimento. Por lo que es recomendable promover la vida social en la tercera edad.
Otros factores que contribuyen a la Malnutrición del adulto mayor es la falta de acceso a comida de alto valor nutritivo. Esto puede a causa de no contar con una pensión, tener la sensación de no tener suficiente dinero para vivir, por lo que el adulto mayor comerá una o dos veces al día. Vivir solo también dificulta que coma por sí mismo.
Una vez que se ha valorado la condición nutricional del adulto mayor, se han detectado factores de riesgo, se debe llevar un control nutricional. En los adultos mayores se debe promover la reeducación y modificación de hábitos alimenticios y estilo de vida para mejorar el estado de nutrición y por consecuente su calidad de vida.
Se debe iniciar un soporte nutricional cuando el adulto mayor presente un IMC menor a 18 o mayor a 25, si no consume cuando menos un cuarto de sus alimentos diarios durante 7 días y si existe pérdida de peso mayor a 5% en 30 días o mayor a 10% en 6 meses sin intención o causa aparente.
Se recomienda una valoración nutricional al adulto mayor cada seis meses si se encuentra sano y cada mes en caso de presentar desnutrición, sobrepeso y obesidad. Como parte del control nutricional se deben incluir multivitaminas, calcio, vitamina D, ácido fólico y una adecuada hidratación. Valorar el estado bucal, pues es un factor de riesgo para la disminución de la alimentación.
Si los resultados de la Valoración Nutricional arrojan un estado de desnutrición en el adulto mayor, se deben tomar algunas medidas como el registro mensual de peso. Incrementar el aporte energético y proteico. Proporcionar un plan de alimentación balanceado en carbohidratos, lípidos y proteínas. Para un adulto mayor sin enfermedades se recomienda un balance de carbohidratos 50%, proteínas 20% y grasas 30%. Para un adulto mayor con enfermedades preexistentes, el balance nutricional dependerá de la enfermedad que presente.
Indicar dieta fraccionada y de ser necesario adicionar saborizantes a los alimentos. Esto ayuda a contrarrestar alteraciones propias de la edad como la disminución del olfato y del gusto. Si la dieta es adecuada no es necesario el uso de complementos alimenticios. Se recomienda que el adulto mayor ingiera entre 30 y 35 ml de agua por cada Kg de peso corporal, con un mínimo de 1500 ml y se debe adicionar las pérdidas debido a enfermedades o uso de medicamentos.
El adulto mayor debe participar en la elaboración del menú y selección de los alimentos, pues si incluyen algún alimento que no sea de su agrado difícilmente lo consumirá. Se deben evitar los alimentos que propician la distensión gástrica por producción de gas, ya que esto puede intervenir en la sensación de saciedad.
Únicamente en el caso en que el adulto mayor no pueda cubrir el aporte energético con el consumo de 3 comidas y 3 colaciones se justifica el uso de suplementos alimenticios. Estos deben darse entre las comidas y no en las comidas para evitar la reducción del apetito. Dependiendo de las condiciones físicas del adulto mayor se debe promover el ejercicio regular para conservar y favorecer el incremento de la masa muscular y estimular el apetito.
Cuando el adulto mayor presenta obesidad se debe tomar registro mensual de peso, promover una dieta con alimentos naturales, optimizar la distribución energética, dando prioridad a la comida. Proporcionar alimentos nutritivos y de fácil acceso. Mejorar las condiciones donde el adulto mayor toma sus alimentos. El incremento de peso está relacionado a la disminución de actividad física, por lo que se recomienda, según el estado del adulto mayor, indicar un programa de ejercicios regular ya sea pasivo o activo.
Proporcionar la combinación adecuada de macronutrimentos 50-60%, carbohidratos 25% y proteínas 25%. El objetivo es reducir la ingesta energética y no de nutrientes. Una reducción del peso corporal de entre 10 y 15% ayuda a controlar los problemas relacionados con la obesidad y su riesgo cardiovascular. Se debe adecuar un plan de alimentación basado en los requerimientos de acuerdo al peso ideal para asegurar el aporte de micronutrientes y disminuir el aporte energético habitual junto con el incremento de la actividad física.
En un adulto mayor con obesidad como único padecimiento se debe disminuir el aporte energético, en caso de padecer otra enfermedad se deberán hacer modificaciones de acuerdo al padecimiento. La modificación de la dieta del adulto mayor con el propósito de reducir su peso, debe basarse en la reeducación y modificación de hábitos alimenticios.
En los adultos mayores el sobrepeso no siempre es un factor de riesgo, en ocasiones puede ser protector de fracturas y osteoporosis. Es importante descartar la presencia de sarcopenia en personas con obesidad o sobrepeso, ya que una dieta puede agravar el problema. Cuando se pierde peso, también se pierde masa muscular. Es por ello que antes de indicar una dieta de reducción de peso, se deben valorar los pros y los contras para la salud y calidad de vida del adulto mayor.
Si durante la Evaluación Nutricional, no se ha encontrado una alteración en el adulto mayor, en cada visita al médico se debe llevar un registro de peso, proporcionar un plan de alimentación balanceado en carbohidratos, lípidos y proteínas. En caso de presentar signos o síntomas de falta de alguna vitamina, se debe dar tratamiento aún cuando el adulto mayor se encuentra en su peso ideal. Promover dieta con alimentos naturales y se debe reducir el consumo de carbohidratos simples, pues puede dar lugar a hiperglucemia. Tomar suplementos multivitamínicos ayuda a incrementar el metabolismo y restaurar las deficiencias.
Una adecuada hidratación es necesaria para la transportación de nutrientes, eliminar los subproductos y mantener la estabilidad cardiovascular. Se recomienda un consumo de agua de 30 a 35 ml por cada kg de peso corporal, con un mínimo de 1500 ml al día. Se debe asegurar la salud bucal del adulto mayor para evitar el riesgo de la disminución de ingesta de alimentos. Una dieta rica en fibra ayuda a regularizar la función intestinal.
Reducir el consumo de colesterol a 300 mg diario. Aportar proteína de alta calidad biológica: fácil digestión y masticación, vitaminas y minerales, calcio magnesio, selenio, hierro, zinc, cromo, folato y vitaminas C, D, E y B12 y moderar el consumo de sodio.
El estado de nutrición del adulto mayor se ve afectado cuando padece al menos uno de los padecimientos comunes en la vejez. El estado de malnutrición puede empeorar los padecimientos preexistentes además de volverlo aún más frágil. La desnutrición puede empeorar si además el adulto mayor cuenta con dependencia funcional.
Algunos de las enfermedades y síndromes geriátricos asociados al estado de malnutrición en el adulto mayor son los siguientes: Úlceras por presión, Demencia, Inmovilidad, Fractura de Cadera, Fragilidad, Sarcopenia y Caquexia, Evento Cerebral Vascular, Cáncer, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), Insuficiencia Renal Crónica, Insuficiencia Cardíaca.
Las úlceras por presión (UPP) son el resultado de la compresión de tejidos blandos entre una prominencia ósea y una superficie por tiempos prolongados, generalmente este tipo de lesión aparecen en adultos mayores usuarios de sillas de ruedas, hospitalización o en reposo en cama.
Los adultos mayores que se encuentran en esta situación, además de contar con desnutrición, son más propensos a sufrir úlceras por presión. Una buena nutrición en las personas de la tercera edad favorecerá la aparición de estas lesiones, evitará su aparición debido a que la grasa corporal y el tejido muscular funcionan como protectores de las prominencias óseas. También disminuirá la incidencia de infecciones en las úlceras por presión.
La Demencia es el resultado de un deterioro cognoscitivo grave, en ella se pierde la autonomía y gran parte de las habilidades funcionales. Por lo que causa dependencia funcional en el adulto mayor con Demencia. Una de las principales enfermedades causantes de Demencia en el adulto mayor es el Alzheimer. Si te interesa saber más acerca de este padecimiento te recomendamos leer nuestro artículo sobre Alzheimer en el Adulto Mayor.
En etapas tempranas de demencia, se presentan alteraciones en el olfato y el gusto, por lo que la ingesta de alimentos disminuye. En etapas avanzadas de demencia, en donde el adulto mayor presenta pérdida de autonomía funcional, es frecuente la disminución de ingesta de alimentos o el consumo de alimentos de mala calidad. Si quieres saber más acerca de la Demencia en la vejez te recomendamos consultar nuestro artículo sobre Tipos de Demencia.
La inmovilidad es el deterioro o pérdida de capacidad para moverse de forma independiente, por lo que se presenta disminución en la capacidad de realizar movimientos y actividades físicas. Además se presenta debilidad muscular progresiva que en la mayoría de los casos interfieren en la capacidad de deambular del adulto mayor. La inmovilidad del adulto mayor condiciona en muchas ocasiones la preparación y el consumo de alimentos, por lo que su ingesta disminuye o son de mala calidad.
Si te interesa o necesitas saber más acerca de la Inmovilidad en el adulto mayor te recomendamos consultar nuestro artículo sobre Inmovilidad en el adulto Mayor en el que encontrarás más información que te puede ser de utilidad.
Cuando un adulto mayor presenta desnutrición, baja ingesta energética, proteica y calórica, la recuperación funcional se ve reducida. Además son más propensos a desarrollar úlceras por presión durante su recuperación. En adultos mayores con fractura de cadera se recomienda una dosis diaria de 1000 UI de Vitamina D3. Sin embargo la prescripción de suplementos alimenticios y multivitaminicos están recomendados únicamente cuando el adulto mayor no puede cubrir los requerimientos nutricionales con los alimentos que ingiere.
Si necesitas más información sobre la fractura de cadera te recomendamos consultar nuestro artículo sobre Fractura de Cadera en Ancianos.
El síndrome de fragilidad en la vejez es un deterioro multi-sistémico progresivo. Este síndrome es el conjunto de efectos relacionados con el envejecimiento, alimentación inadecuada, enfermedades y medicamentos. Lo que lleva a desnutrición crónica y pérdida de la masa muscular.
La sacorpenia se caracteriza por la pérdida gradual de fuerza y masa muscular esquelética, lo que aumenta el riesgo de padecer discapacidad y reducción de la calidad de vida. La Caquexia se caracteriza por pérdida de peso, fuerza y masa muscular lo que causa disminución en las actividades físicas y cansancio.
Estos padecimientos están asociados con la capacidad de ingerir alimentos, por lo que una ingesta menor puede ser indicador de avance de estos padecimientos. Las personas de la tercera edad con sobrepeso y obesidad tienen menor riesgo de padecer de sarcopenia.
Los adultos mayores con Evento Cerebral Vascular desarrollan déficit cognoscitivo, agnosias, apraxias, disfagias, depresión, desorientación espacial, alteraciones sensoriales que interfieren con la alimentación, dificultándola e incrementando el riesgo de desnutrición.
Para la alimentación de los adultos mayores con evento cerebral vascular se recomiendan ciertas texturas de los alimentos, según el nivel de disfagia que presente: Disfagia severa: dieta a base de papillas; Disfagia moderada: textura suave o húmeda y en trozos pequeños; Disfagia leve: se deben evitar alimentos crujientes, duros o pegajosos.
La anorexia o falta de apetito es un síntoma muy común entre los pacientes de cáncer. Otros síntomas como depresión, constipación, vómito, náusea, dolor y fatiga pueden interferir con la alimentación del adulto mayor. La mala nutrición en estos pacientes se asocia con un aumento en el tiempo de convalecencia y duración del tratamiento, menor recuperación empeoramiento del pronóstico, así como el aumento de la mortalidad. Algunos medicamentos son utilizados para mejorar el apetito de adultos mayores con cáncer.
Algunos síntomas de este padecimiento como la inflamación sistémica crónica y aumento del trabajo respiratorio están relacionados con la desnutrición en el adulto mayor. Debido a la alteración de la mecánica respiratoria existe pérdida de apetito y disminución de ingesta de alimentos lo que provoca una pérdida importante de peso.
Un adulto mayor que padece insuficiencia renal crónica, generalmente cursa con polifarmacia, lo que disminuirá su apetito. La pérdida de peso es frecuente debido a los efectos secundarios de los medicamentos que toma para tratar el padecimiento, algunos de los síntomas más comunes son: vómito, náusea, estreñimiento y diarrea. Ocupar ayuda para las compras y preparar alimentos también interfieren en la alimentación del adulto mayor con insuficiencia renal crónica.
En un adulto mayor con insuficiencia cardíaca existe una disminución en el consumo de alimentos debido a las restricciones dietéticas y al uso de medicamentos. En este tipo de pacientes es muy común la presencia de edema (acumulación anormal de líquido en los tejidos), si se presenta a nivel intestinal puede ocasionar náusea, disminución de la absorción intestinal y dar la falsa sensación de saciedad, por lo que el adulto mayor reducirá el consumo de alimentos.
Cuando un adulto mayor presenta Malnutrición pueden aparecer consecuencias:
Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) Es un Organismo Público Descentralizado cuyo objetivo es garantizar el bienestar del adulto mayor. En el puedes encontrar Centros de Atención Integral en donde se brinda a las personas de la tercera edad servicios médicos multidisciplinarios especializados en el primer nivel de atención.
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) Es un Organismo Público Descentralizado que tiene como objetivos principales promocionar la Asistencia Social y prestar servicios en ese campo. Como parte de la Asistencia Social puedes encontrar programas de salud para personas de la tercera edad.
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Es una Institución de Gobierno Federal dedicada a brindar servicios de salud y seguridad social a la población con afiliación al Instituto. En el puedes encontrar GeriatrIMSS que proporciona atención integral al adulto mayor mediante atención especializada.
Salud de las personas mayores: como prevenir y detectar la desnutrición. Mayo Clinic.
Malnutrición en los adultos mayores.
Factores asociados al riesgo nutricional en adultos mayores autónomos no institucionalizados.
Como identificar malnutrición en los adultos mayores.
Evaluación y manejo nutricional en el anciano hospitalizado. IMSS