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En ciertas enfermedades cognitivas comunes del adulto mayor pueden presentarse problemas con el habla o el entendimiento del lenguaje. Esto es bastante crítico ya que la comunicación es fundamental para la buena salud del adulto mayor, y un problema en esta puede provocar mucho estrés y frustración, no sólo para quien padece la enfermedad sino también para los cuidadores o familiares del anciano.
En este artículo abordaremos el tema de las afasias en el adulto mayor, cómo se manifiestan, cómo se tratan y cuál es el pronóstico de las mismas.
Las afasias son una disfunción del lenguaje, lo cual quiere decir que ocurre una alteración en la parte cerebral que permite la comunicación del anciano. En este caso, los afectados tienen problemas para escribir, hablar o comprender el lenguaje ya sea escrito o verbal.
Esta enfermedad surge como una complicación luego de una lesión en la cerebral, comunmente los ECVs o enfermedad cerebrovascular, los cuales son deficiencias en el riego sanguineo del cerebro las cuales producen daño en ciertas regiones.
Si dichos daños ocurren en las zonas del cerebro encargadas del lenguaje y la comunicación, se producen las afasias.
Además de esto, las afasias también pueden aparecer en un futuro como una complicación de una enfermedad degenerativa que pueda causar un daño permanente. Un ejemplo de ello pueden ser las demencias o un tumor cerebral de lento crecimiento.
El lugar de desarrollo de esta enfermedad es distinto para cada abuelo. Esto se debe a que la función del lenguaje en las personas diestras y algunas personas zurdas se encuentra en el lado izquierdo del cerebro. Mientras que una gran parte de la función del lenguaje de la mayoría de las personas zurdas reside en el lado derecho.
Es importante destacar que el nivel de daño que pueda causar este trastorno dependerá del lugar donde se haya formado, la causa del mismo y que tan afectado se vea el cerebro.
Las afasias se dividen en los siguientes tipos según sea su lugar de origen:
La afasia no fluente, también denominada como afasia del lenguaje o afasia de Broca. Esta se puede producir ya sea por una lesión en la cabeza, un tumor o por un absceso. Cuando una persona de la tercera edad desarrolla esta enfermedad, comienza a tener problemas para expresarse y por ello tiende a utilizar oraciones muy cortas y, de hecho, suele omitir ciertas palabras con frecuencia como “y”, “el”, “la” o “es”.
A pesar de esto, es muy fácil entender lo que quieren decir. Por ejemplo, una persona con afasia del lenguaje podría decir “caminar perro” en vez de “sacaré a caminar al perro” o “caminar parque hoy” en lugar de “quiero caminar por el parque hoy”. Sin embargo, este trastorno en la mayoría de los casos no les afecta al momento de entender lo que otras personas quieran decirles sin importar si utilizan frases cortas o largas.
Generalmente los individuos que sufren esta enfermedad desarrollan una parálisis en una pierna o en un brazo del mismo lado del cuerpo. Así como también dichas partes comienzan a debilitarse, por lo que el individuo se verá más limitado al momento de hacer ciertas actividades. Esto sucede porque la afasia de Broca afecta al lóbulo frontal del cerebro, el cual está encargado de controlar los movimientos del cuerpo.
La afasia de Wernicke o fluente es el tipo más común de esta enfermedad. El adulto mayor con este tipo de condición puede hablar con fluidez y facilidad, pero utiliza oraciones complejas y más largas de lo normal que en muchos casos tienen palabras incorrectas o que directamente no tienen sentido alguno. De igual forma le cuesta asimilar que los demás no entienden lo que quiere trasmitir y se le hace más difícil comprender el lenguaje oral, tanto el propio como el de otras personas. Por esta razón no son conscientes cuando cometen algún error al momento de comunicarse.
Por ejemplo, un anciano con afasia de Wernicke diría “sabes que el pichico locucio y quiero caminar con él como tú querías antes” cuando en realidad lo que quería decir era “el perro quiere salir a dar una vuelta, así que saldré a camina con él”. A diferencia del tipo mencionado anteriormente, en este caso cuesta mucho más entender lo que el individuo quiere decir.
Este tipo de enfermedad en concreto comparte algunas similitudes con la afasia de Broca. La diferencia de este caso es que se produce por una serie de lesiones en varios lóbulos del cerebro que contienen algunas estructuras y vías nerviosas relacionadas directamente con el lenguaje. Algo que reduce de gran manera la producción del habla y hace que los afectados lleguen a repetir frases muy largas. Por lo tanto, estas personas tienen que esforzarse un poco más para expresarse a través de frases cortas, sobre todo si tienen que dar un discurso.
En cuanto a la compresión del lenguaje, se debe destacar que esta parte se mantiene intacta, al igual que la capacidad para decir nombres de personas o lugares. No obstante, muchas veces necesitan articular un poco de más al momento de hablar para poder expresarse como realmente quieren hacerlo.
Este término hace referencia a un trastorno que se origina a raíz de una serie de daños muy graves en el centro de lenguaje del cerebro. Esto es algo que afecta a la capacidad tanto de compresión como de expresión, razón por la cual comparte los rasgos que se presentan en la afasia de Broca y la afasia de Wernicke. Dicha enfermedad tiende a aparecer cuando el abuelo sufre una lesión que ataca y destruye la mayoría de áreas que se encargan del lenguaje. Estas lesiones ocurren cuando la arteria cerebral media o la arteria carótida interna izquierda se ven obstruidas por un accidente cerebrovascular o algún otro problema de este tipo.
En esta ocasión los afectados tienen una compresión del lenguaje muy limitada y por ello sólo pueden decir unas pocas palabras y se les es imposible entender lo que las otras personas quieren decirles. Debido a este problema, las personas de la tercera edad con esta condición no pueden escribir ni leer.
La afasia de conducción generalmente se desarrolla cuando existe una lesión en las fibras neuronales que conectan a las dos áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje, es decir, el área de Wernicke y el de Broca. Además, se caracteriza por perjudicar gravemente la capacidad de repetición y hace que el individuo tenga dificultades al momento de seleccionar palabras para poder expresarse. A pesar de esto, el adulto afectado no suele tener problemas de fluidez al momento de hablar y su capacidad de comprensión se mantiene casi intacta.
Sin embargo, cuando esta enfermedad se desarrolla por completo, se produce un déficit en la producción de palabras aisladas, por lo que la calidad de la fluidez se ve comprometida. Algo que da paso al habla secuencial con el uso de oraciones cortas.
El termino de anomia se utiliza para hacer referencia a los defectos para hallar palabras. Esta dificultad puede desarrollarse a raíz de varias lesiones en ciertas partes del cerebro o por una evolución de una afasia de otro tipo como la de conducción o la de Wernicke. La misma se caracteriza por mantener una expresión fluida, compresión casi intacta y capacidad de repetición relativamente normal. Por lo tanto, el único defecto que causa es la dificultad para encontrar palabras de uso común.
Las personas de la tercera edad que padezcan de algún tipo de afasia pueden experimentar algunos síntomas dependiendo de la extensión del daño y la zona del cerebro que haya sido afectada. Estos son:
Como anteriormente lo mencionamos, las afasias por lo general suelen indicar la presencia de un problema de salud muy grave como, por ejemplo, un accidente cerebrovacular. Por esta razón, se recomienda recurrir a un médico lo antes posible cuando alguno de estos síntomas se hagan presentes de manera frecuente.
Una de las causas principales de las afasias en adultos son los accidentes cerebrovasculares. Ya que esta condición causa un daño cerebral muy grave como consecuencia de un bloqueo o de una rotura en uno de los vasos sanguíneos del cerebro. Esto es algo que causa la muerte de un gran grupo de células cerebrales, ya que este trastorno disminuye el riego de sangre en dicha zona. Además de esto, también afecta a las regiones que se encargan de controlar el lenguaje. En este caso la afasia no empeora y se mantiene en un nivel leve.
Por otro lado, esta enfermedad también puede desarrollarse por un tumor, una lesión grave en la cabeza, algunos tipos de demencia, un proceso degenerativo o por una infección. A diferencia del caso anterior, cuando una afasia se origina por estas razones, sí tiende a empeorar con el tiempo. Sobre todo cuando se trata de un tumor que crece poco a poco. Esto ocurre debido a que el tumor comprime las áreas del cerebro que controlan la función del lenguaje a medida que va aumentando su tamaño. Es por ello que las personas con esta condición tienen más dificultades a la hora de comprender el lenguaje o de expresarse.
Es importante resaltar que en muy pocos casos, algunas personas han presenciado episodios temporales de afasia. Dichos episodios pueden darse como consecuencia de una convulsión, migraña o por un accidente isquémico transitorio. Este último problema hace referencia al bloqueo temporal del flujo de la sangre hacia una parte específica del cerebro, razón por la cual se producen los síntomas de la afasia por unos minutos.
Los adultos mayores que hayan experimentado un accidente isquémico transitorio en algún momento de sus vidas, tienen grandes posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular en un futuro.
Debido a que las afasias están relacionadas con los tumores cerebrales, las lesiones cerebrales traumáticas y los derrames cerebrales, esta enfermedad comparte los mismos factores de riesgo que dichos trastornos. Por lo tanto, los ancianos que cumplan con algunos de los siguientes términos tienen grandes posibilidades de desarrollar esta condición:
A pesar de que los adultos mayores son más propensos a desarrollar una afasia o de sufrir un accidente cerebrovascular, las personas jóvenes también corren el mismo riesgo aunque con un nivel menor.
Los trastornos de afasias causan varias complicaciones en la calidad de vida de las personas. Esto sucede debido a que, como todos sabemos, la comunicación es algo fundamental en el día a día de cada ser humano, un elemento que se ve afectado con la presencia de esta enfermedad. Este problema de comunicación puede afectar los siguientes aspectos en la vida de la persona:
Además de esto, los problemas de comunicación pueden hacer que el individuo se sienta deprimido y avergonzado.
Para realizar un diagnostico de este trastorno, el especialista debe hacerle una exploración tanto neurológica como física al paciente. De esta forma podrá evaluar la sensibilidad y los reflejos del abuelo, así como también su resistencia. También podrá escuchar los sonidos que emiten los vasos sanguíneos del cuello y los latidos del corazón. Luego de esto, es muy probable que el médico solicite un diagnóstico por imágenes como, por ejemplo, una resonancia magnética. Con este estudio tendrá la oportunidad de saber la causa exacta por la cual se originó la afasia.
Otra parte muy importante del diagnóstico consta de evaluar las habilidades del lenguaje de la persona con ayuda de algunas pruebas. Para ello será necesario observar la capacidad del individuo para hacer lo siguiente:
Para los casos leves de afasia, el anciano no necesitará ningún tipo de tratamiento ya que en este caso se puede recuperar las habilidades del lenguaje muy fácilmente. Mientras que en las afasias graves, los afectados deben asistir a una terapia del lenguaje y del habla para poder recuperar sus habilidades de comunicación.
El proceso para recuperar las habilidades del lenguaje luego de una afasia es realmente muy lento, por lo que es necesario que el paciente mantenga la calma y tenga paciencia. Además, es importante destacar que en algunos casos es imposible recuperar los niveles de comunicación por completo. No obstante, la mayoría de los afectados logran hacer avances bastante importantes durante la rehabilitación.
Este tipo de rehabilitación tiene el objetivo de recuperar la mayor parte del lenguaje posible y de mejorar la capacidad de comunicación. De igual manera busca la forma de hacer que la persona compense las habilidades pérdidas y encuentre otros métodos para expresarse.
Antes de comenzar una terapia, se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Actualmente se están realizando algunos estudios para determinar que medicamentos pueden ayudar a tratar esta enfermedad. Entre este grupo de fármacos se encuentran los que sirven para aumentar el flujo sanguíneo en el cerebro. Así como también aquellos que reemplacen las sustancias químicas agotadas en el cerebro, conocidas como neurotransmisores, o los que ayuden a mejorar la capacidad de recuperación de este órgano.
Hasta los momentos se ha comprobado que ciertos medicamentos como la memantina y el piracetam, causan efectos positivos en la persona. Sin embargo, aún es necesario realizar más investigaciones para poder asegurar que sean 100% efectivos en este tratamiento y que no causen ningún tipo de daño en el paciente.
Para evitar la aparición de las afasias es importante prestar atención a las causas que provocan este trastorno. Por lo tanto, es fundamental prevenir ciertas condiciones como, por ejemplo, la arterioesclerosis. Ya que esta enfermedad puede causar algunas complicaciones como las lesiones cerebrales que, a su vez, provocan las afasias. Para ello se debe evitar el sobrepeso, el consumo excesivo de tabaco y mantener el control de los niveles de glucosa y colesterol en la sangre. Además de esto, también es importante prevenir cualquier tipo de caída que pueda originar una lesión grave en el cerebro.