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Las técnicas de administración de medicamentos son una serie de procedimientos que sirven para suministrarle un fármaco a una persona para así aliviar ciertos síntomas o tratar una enfermedad en concreto. ¿Quieres conocer las vías y técnicas de administración de medicamentos en los adultos mayores? En este artículo hablaremos de ello.
Las técnicas de administración de medicamentos dependen del tipo de medicamento que utilizará en el anciano, así como la velocidad con la que se quiere lograr el efecto. Esto sucede debido a que cada sustancia está preparada para ser administrada de una forma especifica para así lograr que su efecto sea positivo y lo más eficaz posible.
Durante este procedimiento se debe contar con el personal de salud adecuado, los cuales son dos. El primero de ellos debe ser el médico encargado, el cual tendrá la responsabilidad de evaluar al adulto mayor y recetar la dosis necesaria de acuerdo a los síntomas que presente y la enfermedad que se desee tratar. Una vez elegida la dosis, se necesita de un enfermero o médico auxiliar de enfermería, ya que este personal es el encargado de suministrarle el medicamento a la persona.
Actualmente existen varias vías para administrar fármacos. Estas son:
Uno de métodos más cómodos, económicos y utilizados es la técnica de administración de medicamentos por vía oral. En este caso el fármaco se puede ingerir en forma de cápsulas, comprimidos, jarabes, grageas, suspensiones, granulados y soluciones, las cuales son ideales para adultos mayores al ser de fácil administración.
A pesar de sus grandes ventajas, es importante destacar que muchas veces el efecto de esta sustancia puede no ser tan efectivo como se espera. Esto ocurre porque generalmente se absorbe en el intestino delgado. Por lo que debe atravesar la pared intestinal para llegar al hígado antes de viajar hasta el torrente sanguíneo. Durante este proceso, las sustancias químicas del medicamento puede que no se absorban correctamente y por lo tanto, la cantidad de medicamento que realmente entra al cuerpo es menor que utilizando otras vías.
Así mismo, la comida y los líquidos que estén en el tracto digestivo pueden afectar la rapidez con la que se absorbe y la cantidad del mismo. Por esta razón, las instrucciones de algunos medicamentos piden que sean ingeridos con el estómago vacío, junto a otros fármacos o acompañados de las comidas.
La aplicación de medicamentos por vía intravenosa es una de las mejores opciones por su rápida acción. Con este método se inserta una aguja directamente en una vena del adulto mayor, por lo que la sustancia llega rápidamente al torrente sanguíneo y no tiene que viajar por varias partes del organismo como en el caso anterior.
Para ello, se pueden suministrar los medicamentos utilizando cualquiera de las dos siguientes técnicas:
Para utilizar esta técnica de administración de medicamentos es necesario contar con un personal sanitario que controle el tratamiento. Debido a que es muy importante que un especialista esté al tanto por si surge alguna reacción adversa o por si el fármaco no está causando efecto alguno.
Por otro lado, la administración de medicamentos por vía intramuscular consiste en inyectar la sustancia con una aguja larga directamente dentro de un músculo. Ya sea en el muslo, antebrazo o en una nalga.
Esta técnica es una de las más utilizadas porque de esta manera el medicamento se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y causa un efecto inmediato. Sin embargo, la rapidez de su absorción dependerá del suministro de sangre que exista en el musculo. Por lo tanto, el fármaco tardará más en absorberse si la zona a inyectar cuenta con una irrigación sanguínea menor.
La dosis de administración con esta técnica puede variar, ya que se debe tomar en cuenta tanto la zona muscular a utilizar como el tipo de medicamento que se vaya a aplicar. Por ejemplo, si se le necesita administrar al adulto mayor un medicamento en un músculo pequeño como es el caso del deltoides, se le tendrá que aplicar una dosis igual o menor a los 2 ml. Mientras que, si se utiliza la zona de los glúteos, se puede utilizar desde 3 a 5 ml en cada nalga.
Es importante destacar que esta técnica de administración de fármacos por vía intramuscular no puede ser utilizada en abuelos con una masa muscular baja, la cual puede surgir como consecuencia de la edad, inactividad física o hasta incluso por una enfermedad conocida como sarcopenia que suele ser muy frecuente en los ancianos.
En la administración subcutánea se inserta una aguja en el tejido adiposo que se encuentra justo debajo de la piel. Para ello se puede utilizar el área de los brazos, la parte frontal de los muslos o la zona del vientre. Esta técnica se utiliza principalmente cuando se desea que el medicamento se absorba lentamente. Ya que en este caso el proceso es más lento que con la vía intramuscular o intravenosa.
Cuando se inyecta una sustancia en el tejido adiposo, el fármaco llega hasta los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en esa parte del cuerpo, también conocidos como capilares. Luego de esto, se desplaza directamente hasta el torrente sanguíneo del adulto.
La vía subcutánea es muy utilizada para aplicar ciertos medicamentos proteicos como, por ejemplo, la insulina. Esta sustancia se utiliza para tratar la diabetes, una enfermedad muy común en las personas de la tercer edad. Esta técnica se aplica con frecuencia para este medicamento porque el tracto digestivo destruiría a estas sustancias si se administran por vía oral. Por esa razón es mejor llevar el medicamento hasta el torrente sanguíneo a través de los capilares. Además, también se pueden aplicar otros fármacos que no irriten los tejidos como anticoagulantes. Puesto que este tejido en concreto está compuesto por algunos receptores de dolor, por lo que la persona podría sentir molestias si se utiliza alguna sustancia irritante.
La técnica de administración de medicamentos por vía intradérmica se basa en la inyección de agentes biológicos o químicos dentro de la dermis con ayuda de una jeringa y agua. Debido a que su absorción es lenta, por lo general se utiliza este método para realizar pruebas cutáneas en busca de alguna reacción alérgica. Ya que el flujo sanguíneo en la dermis es menor y, por ende, el medicamento se absorbe lentamente. Además, por vía intradérmica se deben utilizar pequeñas cantidades de medicamento, puesto que un exceso del mismo podría romper la barrera protectora de la piel.
Los sitios de aplicación más utilizados para esta técnica se encuentran en la parte inferior de la escápula en la espalda y en la parte media delantera del antebrazo. Luego de aplicar el fármaco, es sumamente importante no presionar ni masajear la zona para no interferir con la absorción de la sustancia. Además se debe estar muy pendiente y observar si se produce alguna reacción alérgica minutos después de la administración.
Antes de insertar la agua, el enfermero o el médico auxiliar de enfermería debe asegurarse de que la zona a inyectar no tenga manchas y no esté inflamada. Asimismo, también se debe retirar el vello de la zona.
Para suministrar algún fármaco por la vía respiratoria del adulto mayor se pueden utilizar las siguientes técnicas:
Los medicamentos administrados por vía nasal son absorbidos por la delgada membrana mucosa que se encuentra en los conductos nasales. Luego de que es absorbido, la sustancia llega directamente al torrente sanguíneo, por lo que producen un efecto rápido que logra reducir los síntomas en pocos minutos. En este caso se deben utilizar fármacos que no irriten los conductos nasales. Por ejemplo, la calcitonina para tratar la osteoporosis, una enfermedad muy común en los adultos mayores que se caracteriza por causar un deterioro en los huesos de la persona.
Por otro lado, para aplicar cualquier fármaco por vía inhalatoria es necesario utilizar algún dispositivo que los convierta en gotas pequeñas como es el caso de los inhaladores. De esta manera se logra que la sustancia pase por la tráquea para luego llegar hasta los pulmones. Sin embargo, la profundidad con la que el fármaco penetre en los pulmones dependerá exclusivamente del tamaño de las gotas. Ya que mientras más pequeñas sean, mayor profundidad alcanzarán y a su vez se aumentará la cantidad de medicamento absorbido. Una vez que la sustancia se encuentre dentro de los pulmones, se desplazará hasta el torrente sanguíneo.
A pesar de su gran efectividad, actualmente son pocos los medicamentos que se pueden administrar por esta vía. Esto sucede porque el método de inhalación debe ser controlado con mucho cuidado para asegurarse de que la persona de la tercera edad no reciba una dosis mayor a la que necesita. Entre los fármacos que pueden ser aplicados por vía inhalatoria, se encuentran los antiasmáticos en aerosol con inhaladores o los gases usados para anestesia general.
Al igual que en la técnica anterior, es necesario transformar el medicamento en pequeñas gotas para que pueda llegar hasta los pulmones. Para ello se debe utilizar un dispositivo especial de nebulización, ya sea de chorro o ultrasónico. Con este método se pueden utilizar fármacos como la pentamidina, y tobramicina para tratar ciertas infecciones de las vías respiratorias en los ancianos como la neumonía, faringitis o rinosinusitis.
El uso de estos dispositivos requiere de un máximo cuidado, puesto que, si el nebulizador no está correctamente limpio, la persona puede experimentar algunos efectos secundarios como, por ejemplo, dificultad para respirar, tos e irritación pulmonar. De igual forma, estos efectos pueden aparecer cuando el fármaco se deposita directamente en los pulmones.
Muchos de los fármacos que se pueden aplicar por vía oral, también pueden ser suministrados mediante una técnica de administración de medicamentos en forma de supositorios por vía rectal. Cuando se introduce el supositorio en el recto, el fármaco se une con la sustancia cerosa que se encuentra dentro de esta cavidad. Por lo que logra disolverse y absorberse rápidamente a través del revestimiento delgado del recto.
Este método se utiliza especialmente cuando los ancianos tienen ciertas restricciones en la alimentación antes o después de una operación. Así como también cuando presentan náuseas o simplemente no pueden tragar. Entre los medicamentos que pueden ser aplicados de esta forma se destaca el paracetamol para reducir la fiebre, los laxantes para tratar el estreñimiento y el diazepam para evitar las convulsiones.
Entre las distintas vías de administración existe una exclusiva para las mujeres, ya que también pueden aplicarse ciertos medicamentos por vía vaginal. Ya sea en forma de comprimido, gel, solución, crema, anillo o supositorio. Cuando se utiliza esta técnica, la pared vaginal se encarga de absorber el medicamento. Como las abuelas suelen experimentar una serie de síntomas muy molestos a raíz de la menopausia, generalmente se utiliza esta técnica para aportarles estrógenos y así aliviar los síntomas de dicha condición. Entre dichos síntomas se encuentra la irritación, el enrojecimiento y la sequedad.
Para tratar algunas enfermedades como la conjuntivitis, el glaucoma u otras lesiones en los ojos, es necesario aplicar la técnica de administración de medicamentos por vía ocular para reducir los síntomas. En este caso es muy común el uso de las gotas oftálmicas. Sin embargo, en la mayoría de los casos el medicamento suele salirse del ojo y, por ende, no causa efecto alguno. Por esta razón, se recomienda el uso de un gel o ungüento. Ya que estos productos hacen que el ojo esté en contacto con el fármaco durante más tiempo.
En el grupo de los medicamentos oftálmicos se destacan las lágrimas artificiales que sirven para disminuir la sequedad de los ojos. Asimismo, también se destaca la acetazolamida y el betaxolol para tratar el glaucoma o la tropicamida y la fenilefrina para dilatar las pupilas.
El uso de estos fármacos debe estar bajo vigilancia médica, debido a que algunos de ellos pueden llegar al torrente sanguíneo. Esto es algo que podría desarrollar algunos efectos secundarios en otras partes del cuerpo.