La habilidad cognoscitiva de los seres humanos es aquella que les permite procesar y almacenar la información que reciben. Esta habilidad tiene que ver con muchas funciones como: el uso de la memoria, la atención, la creatividad y el pensamiento abstracto. Gracias a estas habilidades es que somos capaces de razonar.
En este artículo vamos a hablar de las principales habilidades cognoscitivas del ser humano, que también se llaman habilidades cognitivas y son:
Los ejercicios de habilidad cognoscitiva en el adulto mayor son muy importantes para tener una vida mentalmente sana. Al envejecer se producen pérdidas y cambios físicos, el cuerpo y los sentidos van deteriorándose. Es importante tener en cuenta que una pérdida significa un duelo, un sufrimiento que causa depresión. Es por eso que ejercitar el cerebro es tan importante para que el adulto mayor no se aísle de su sociedad.
Las pequeñas redes que se entretejen en el cerebro están formadas por las neuronas. El contacto entre unas y otras produce el razonamiento, la memoria, la concentración y todas las funciones cognoscitivas. Es interesante saber que las neuronas van muriendo con el tiempo y ya no se regeneran como otras células. Pero la buena noticia es que, con los ejercicios de habilidad cognoscitiva, las neuronas se ramifican y siguen estableciendo antiguas y nuevas conexiones. Aprender nuevas cosas, estudiar, memorizar, leer, resolver crucigramas y armar rompecabezas son algunas herramientas para mantener un cerebro sano.
El cerebro sano de un adulto mayor puede funcionar igual que el de cualquier adulto. Asimismo, en la tercera edad se suman en el cerebro las experiencias de toda una vida. A este tipo de inteligencia que sólo tienen los adultos mayores se le llama sabiduría. Como con cualquier otra parte de nuestro cuerpo el cerebro se mantiene sano gracias a una vida tranquila, buena alimentación y ejercicio físico.
En el cerebro está almacenada nuestra memoria que es la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo. La primera es la que se refiere a lo que acabo de hacer, lo que desayuné hoy, la película que vi hace dos días. La segunda es la de los recuerdos de hace muchos años, los viajes de mi infancia, las personas que conocí en la juventud, reuniones familiares. En la tercera edad la memoria a corto plazo va disminuyendo poco a poco. El adulto mayor empieza a tener dificultad en recordar hechos recientes, pero empieza a recordar muchas cosas de su pasado. Esta memoria a largo plazo es la que hace posible las hermosas historias del pasado que nos cuentan los abuelos.
La memoria se alimenta con la información que recibimos durante la vida, esto significa que almacenamos datos, a esto le llamamos aprendizaje. La información viene a nosotros por los sentidos: lo que vemos, lo que leemos, lo que escuchamos. También aprendemos y guardamos en la memoria lo que es el frío, el calor, la humedad y el dolor cuando nos golpeamos o enfermamos. Otra información importante que guardamos es la de los rostros y figura de personas, así como sus nombres y también los lugares donde los conocimos.
Después hacemos la recuperación de la información, que es recordar lo almacenado cuando lo necesitamos. Esta habilidad cognoscitiva decae en la tercera edad y el adulto mayor, alrededor de los 65 años empieza a olvidar nombres, fechas, lugares. Estos olvidos son normales y el adulto mayor puede aprender técnicas para ayudarse y para ampliar su memoria. También es éste el momento en que a la memoria del abuelo vienen letras de canciones del pasado, imágenes y anécdotas de su infancia. También hay técnicas para preservar el tesoro de estas memorias para las generaciones siguientes. El adulto mayor puede escribir o grabar sus memorias y dejar ese legado a hijos, sobrinos y nietos.
El aprendizaje en la tercera edad se da de manera más lenta. El adulto mayor puede aprender lo que quiera que se proponga aunque lo haga a un ritmo más pausado que los jóvenes. La capacidad de aprender y de adquirir nuevas informaciones no desaparece, sólo tiene otro ritmo. Es importante no lastimar a los adultos mayores con las creencias de que ya no razona y no aprende.
De las cuatro habilidades cognoscitivas mencionadas el pensamiento abstracto es el más difícil de comprender y es usado por las personas como las otras habilidades. Quienes gustan y son buenos en la comprensión de las Matemáticas han estado usando la habilidad del pensamiento abstracto. Éste se trata de poder razonar, asociar, clasificar sin tener objetos reales sino sólo la imaginación creativa.
Con el pensamiento abstracto hacemos asociaciones mentales de objetos, situaciones, cosas, simplemente cómo ordenar las cosas en mi clóset, en mi cocina. Esto es como la teoría de conjuntos en Matemáticas, qué objetos van con otros por sus características. El pensamiento abstracto lo usamos todos los días.
En la escuela aprendemos que hay sustantivos o nombres concretos y abstractos y éste es un buen ejemplo para comprender qué es el pensamiento abstracto. Los nombres abstractos son, por ejemplo: justicia, bondad, felicidad, salud, verdad. A ninguno de estos lo podemos tocar pero lo comprendemos y hablamos de ellos. Hacemos una abstracción que es igual a un ejercicio mental abstracto.
Para mantener un cerebro sano es necesario ejercitarlo y encontrar qué tipo de actividades le interesan al adulto mayor. Algunas personas se inclinarán por la lectura y la escritura, otras por los juegos de mesa y los acertijos, otras por las Matemáticas. Todas las actividades que requieran de actividad cerebral son bienvenidas, lo importante es realizarlas con gusto. Como son un reto y pueden verse sus resultados, el abuelo se motivará mucho con sus logros.
No usamos las habilidades cognoscitivas por separado sino, en general, al mismo tiempo. Por ejemplo, los abuelos quieren organizar una fiesta por su Aniversario y necesitan:
Aquí les damos ejemplos de ejercicios que fortalecen la habilidad cognoscitiva. Valga decir que son geniales para los abuelos, pero que cualquiera puede practicarlos y fortalecer su cerebro.
Para finalizar, hay que recordar que no son ciertos los mitos sobre la vejez. Los adultos mayores no pierden su inteligencia ni su capacidad de aprender y de formar parte importante de un núcleo familiar aunque tengan alguna discapacidad. También, dentro de la sociedad, contribuyen enormemente con su sabiduría o experiencia de vida.
En el INAPAM (Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores) existe la Clínica de la Memoria que hace diagnósticos y tratamiento para los adultos mayores que tengan problemas leves o graves de memoria. Los tratamientos son personalizados según el problema y, además, les enseñan sobre el funcionamiento del cerebro para que ellos comprendan lo que les pasa.
La UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) ofrece un servicio de orientación y ayuda psicológica de primer contacto. Este servicio es por vía telefónica y para todas las personas, funciona de lunes a viernes de 8 de la mañana a 6 de la tarde.
Diferentes habilidades cognoscitivas y su evolución para mayores de 55 años.
Estimulación cognitiva de adultos mayores.