Residencias para adultos mayores en México.
Elegir un lugar para el cuidado de un ser querido es una de las decisiones más importantes y complejas que enfrenta una familia. En México, esta decisión se enmarca en un contexto demográfico claro: para 2050, se estima que la población de 60 años y más superará los 32.4 millones de personas, según proyecciones del INEGI.
Este incremento en la esperanza de vida ha impulsado una creciente demanda de residencias para adultos mayores en México y casas de retiro, creando un mercado amplio y diverso que abarca desde instituciones públicas hasta residencias privadas de lujo.
Comprender los costos es el primer paso. El rango de precios en el sector privado es extremadamente amplio: puede ir desde $10,000 MXN mensuales en una residencia básica y compartida, hasta más de $95,000 MXN mensuales en una residencia de lujo con atención médica especializada.
De acuerdo con reportes del sector, los costos de las residencias privadas en México suelen segmentarse de la siguiente manera:
Por otro lado, las instituciones públicas, administradas principalmente por el DIF y el INAPAM, no tienen un costo fijo. Estas operan bajo un modelo de “cuota de recuperación”, la cual se determina mediante un estudio socioeconómico. Sin embargo, como advierte la Profeco, la disponibilidad en estos centros es muy limitada y las listas de espera suelen ser largas. Un informe del Instituto Nacional de Geriatría (INGER) de 2025 señala que aproximadamente el 80% de las residencias de estancia permanente en el país son privadas.

La ubicación es uno de los factores que más impacta en el precio. El costo del suelo y la demanda local pueden duplicar el precio de un servicio similar entre un estado y otro.
La siguiente tabla muestra los rangos de precios promedio para residencias privadas en diversos estados del país.
| Estado | Rango de Costo (Residencia Privada Mensual) |
|---|---|
| Ciudad de México | $30,000 – $85,000+ MXN |
| Nuevo León | $25,000 – $70,000 MXN |
| Estado de México | $25,000 – $50,000 MXN |
| Jalisco | $20,000 – $45,000 MXN |
| Morelos | $20,000 – $45,000 MXN |
| Querétaro | $18,000 – $40,000 MXN |
| Yucatán | $15,000 – $35,000 MXN |
| Puebla | $15,000 – $30,000 MXN |
| Veracruz | $11,000 – $25,000 MXN |
Entender por qué una residencia cuesta $15,000 y otra $70,000 es fundamental para definir el presupuesto. El precio se basa en cuatro factores principales:
Como se mencionó, esta es la división más grande. Las residencias privadas operan con fines de lucro y fijan sus precios según el mercado y los servicios que ofrecen. Las residencias públicas (DIF, INAPAM) se enfocan en personas en situación de vulnerabilidad y su costo es subsidiado, determinándose por un estudio socioeconómico.
Este es el factor más importante en el costo. No es lo mismo cuidar a un adulto mayor autónomo que a uno que requiere atención médica constante.
La mensualidad básica casi siempre incluye la “hotelería” (habitación, limpieza, 3 comidas). La diferencia de precio radica en los extras:
Como muestra la tabla, el costo del suelo impacta directamente. Una residencia con instalaciones de lujo en una zona de alta plusvalía en una ciudad principal siempre será más costosa que una residencia con servicios similares ubicada en una zona suburbana o en una ciudad más pequeña.
El término “casa de retiro” se usa de forma general, pero existen dos modelos de atención muy diferentes, con costos y objetivos distintos.
Es el modelo tradicional. El adulto mayor vive en la institución de forma permanente (24/7) y esta se convierte en su hogar.
Este modelo funciona como una “guardería” o “estancia” para adultos mayores. El residente asiste solo durante el día, por lo general de 8 a.m. a 6 p.m., y regresa a dormir a su casa.
Un dato relevante del INGER es que, si bien las residencias permanentes son mayoritariamente privadas, las Casas de Día son mayoritariamente públicas (80%), con el ISSSTE y los DIF estatales como principales operadores.
Para muchas familias, la opción pública es la única viable. Sin embargo, es crucial entender su funcionamiento real para evitar falsas expectativas.
No son gratuitas. El modelo se basa en una “cuota de recuperación”. Para determinarla, el DIF o INAPAM realiza un estudio socioeconómico exhaustivo a la familia y al adulto mayor para evaluar sus ingresos, propiedades y capacidad de pago. Basado en esto, se asigna una cuota mensual, que puede ser simbólica o un porcentaje de sus ingresos.
Los requisitos son estrictos y buscan priorizar a la población más vulnerable:
La demanda de espacios públicos supera por mucho la oferta. Los albergues del INAPAM, por ejemplo, se concentran en pocas ciudades. Esto genera largas listas de espera, y las instituciones suelen estar saturadas, dando prioridad a casos de abandono o extrema urgencia.
Además de los modelos tradicionales, han comenzado a surgir alternativas enfocadas en diferentes estilos de vida:
Una vez definido el presupuesto, la tarea es visitar opciones. El precio no lo es todo; la calidad del cuidado es la prioridad.
Confíe en sus sentidos. Al visitar un lugar sin previo aviso (si es posible):
Una residencia seria debe operar con total transparencia. Pida ver los siguientes documentos:
No. El pago mensual por servicios de estancia, cuidado o asistencia (hotelería) en una residencia de adultos mayores no se encuentra listado como una deducción personal autorizada por el SAT en el Artículo 151 de la Ley del ISR.
Lo que sí podría ser deducible, si se cumplen todos los requisitos fiscales, son donativos realizados a la institución, siempre y cuando esta esté constituida como una Donataria Autorizada por el SAT (por ejemplo, una I.A.P. o A.C.).
No. Las pólizas de SGMM en México están diseñadas para cubrir gastos médicos hospitalarios derivados de un accidente o una enfermedad (como una cirugía, una hospitalización por neumonía, etc.). No cubren el “cuidado de custodia” o “cuidado de largo plazo”, que incluye la asistencia para bañarse, vestirse, comer o la supervisión general.
Si un residente sufre una caída y requiere una cirugía, el SGMM cubrirá los costos del hospital y los honorarios médicos, pero no pagará la mensualidad de la residencia.
Es la Norma Oficial Mexicana clave para este sector. Su nombre completo es “Asistencia social. Prestación de servicios de asistencia social a adultos y adultos mayores en situación de riesgo y vulnerabilidad”. Esta norma establece los requisitos mínimos de infraestructura, seguridad, personal, alimentación, y manejo del expediente clínico (apoyándose en la NOM-004-SSA3-2012) que todas las instituciones, públicas o privadas, deben cumplir para garantizar la dignidad y el bienestar de los residentes.